Una de las principales causas de muerte en la población adulta es la enfermedad cardiovascular (ECV) aterosclerótica. Si bien las manifestaciones clínicas predominan en la edad adulta, la investigación, en los últimos 40 años, ha indicado que el proceso aterosclerótico comienza en la infancia y es progresivo durante toda la vida. También ha quedado claro que, si bien existe un componente genético que produce susceptibilidad, los factores ambientales exacerban e intensifican la progresión de la enfermedad con el desarrollo, en la adolescencia y en la juventud, de estrías grasas en la pared arterial y la formación de las placas de ateroma, que se expresan clínicamente en adultos con obstrucción arterial y ECV.
La identificación oportuna de niños con dislipemia es importante para considerar intervenciones precoces para prevenir o posponer el desarrollo de la arterioesclerosis
La dislipidemia es la elevación de las concentraciones plasmáticas de colesterol, triglicéridos o ambos o una disminución del nivel de colesterol asociado a HDL (colesterol de alta densidad, que se constituye en cardioprotector cuando sus niveles superan los 40mg/dL) que contribuyen al desarrollo de aterosclerosis
Las dislipidemias son importantes factores de riesgo de la ECV prematura. Pueden ser primarias (de origen genético) o secundarias (a patología de base como síndrome nefrótico, hipotiroidismo) y presentarse desde la infancia, pero el subdiagnóstico impide un abordaje temprano.
Los valores normales de lípidos en pediatría (colesterol, LDL colesterol, HDL colesterol, triglicéridos) se observan en la siguiente tabla
El tamizaje universal tiene como objetivo pesquisar dislipidemias de moderadas a graves en niños aparentemente sanos y sin antecedentes familiares conocidos. El beneficio secundario es que, a partir de los niños, podrán diagnosticarse sus padres, quienes tienen riesgo inmediato de enfermedad cardiovascular.
Aquellos niños con riesgo de ECV elevado, ya sea por antecedentes familiares conocidos o por padecer patologías con reconocido impacto en la salud cardiovascular, deben ser estudiados a partir de los 2 años de vida o cuando se diagnostica su enfermedad de base.
La decisión de tratar a un niño o adolescente con dislipidemia se basa en el concepto de disminución de riesgo:
Debemos incentivar la lactancia materna de forma exclusiva hasta los 6 meses y mantenerla junto con la alimentación complementaria durante los dos primeros años de vida. El tratamiento dietético puede iniciarse a partir de los 2 años de edad, habiendo evidencias suficientes sobre su eficacia y su seguridad. El aporte calórico de la dieta buscará como objetivo lograr y mantener un IMC ≤P85 para la edad y el sexo. Se debe reducir el aporte total de lípidos con un perfil más rico en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados y más bajo en ácidos grasos saturados, ácidos grasos tipo trans y colesterol. Además, debe reducirse los azucares de absorción rápida y aumentar los de absorción lenta, estimular el aporte de fibra y el diseño de un horario equilibrado de comidas.
Los alimentos funcionales cuyo consumo en cantidades normales otorgan alguna ventaja a la salud de los individuos. Su función sería como adyuvantes de las medidas dietéticas y farmacológicas habituales
La levadura roja de arroz posee monacolina k, una sustancia con un mecanismo semejante a las estatinas que puede reducir un 20% los niveles de colesterol con una dosis diaria de 2,5 a 10 mg de monacolina.
Dra. Mireya Fuentes
Endocrinóloga Pediatra
Cel. 75493041