Publicado: 2018-03-27 18:51:31    Modificado: 2018-03-27 18:52:38    Visto: 608   
Fisioterapia

Estres y sus efectos

Desde un tiempo a esta parte escuchamos hablar o mencionar  la palabra ESTRÉS, y justificamos muchas de nuestras dolencias, a su presencia en nuestras vidas. El hombre está sometido a estrés desde el momento en que nace, por el simple hecho de cambiar un ambiente cálido por  el medio externo.

Pero ¿Qué es el estrés?, no es nada más que una respuesta a los estímulos externos y en algunos casos internos, a los que no estamos acostumbrados, nuestro cuerpo reacciona como mecanismo de defensa,  al ser sometido a constantes estímulos diarios y a toda hora, vale decir estrés en la casa, estrés en la calle, estrés en el trabajo, estos estímulos provocan una reacción poco favorable a nuestro organismo, sumándose día a día estas respuestas llegando a provocar alteraciones en los sistemas internos importantes y manifestándose de manera explícita con dolores musculares que no tienen causa, dolores articulares, caída del cabello, alteraciones en la piel,  que son signos evidentes y perceptibles, los síntomas que no se pueden ver  pero que se los siente son: gastritis o alteraciones estomacales, pérdida o aumento de peso, alteraciones en el sistema cardiocirculatorio. Todo como una respuesta de alerta de nuestro cuerpo.

Por otro lado el decir estrés no es sinónimo de ansiedad, más bien la ansiedad es uno de los síntomas más exactos de una etapa de estrés que se manifiesta en épocas  en que éste aumenta.

Factores desencadenantes del estrés

Los llamados estresores o factores estresantes son las situaciones desencadenantes del estrés y pueden ser cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico, químico, acústico o somático como sociocultural) que, de manera directa o indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo.

Existen diez grandes categorías de estresores:

  1. situaciones que fuerzan a procesar información rápidamente,
  2. estímulos ambientales dañinos,
  3. percepciones de amenaza,
  4. alteración de las funciones fisiológicas (enfermedades, adicciones, etc.),
  5. aislamiento y confinamiento,
  6. bloqueos en nuestros intereses,
  7. presión grupal,
  8. frustración.
  9. no conseguir objetivos planeados.
  10. relaciones sociales complicadas o fallidas.

Existe la tendencia a clasificarlos por el tipo de cambios que producen en las condiciones de vida.

El estrés incluye ′distrés′, con consecuencias negativas para el sujeto sometido a estrés, y ′eustrés′, con consecuencias positivas para el sujeto estresado. Hablamos de eustrés cuando la respuesta del sujeto al estrés favorece la adaptación al factor estresante. Por el contrario, si la respuesta del sujeto, no favorece o dificulta la adaptación al factor estresante, hablamos de distrés. En ambos casos ha habido estrés. Se debe tener en cuenta además, que cuando la respuesta estrés se prolonga demasiado tiempo y alcanza la fase de agotamiento, estaremos ante un caso de distrés.

Desde el punto de vista fisioterapéutico el estrés es el resultado de someterse de manera constante a estímulos que normalmente no producen alteración o efecto fisiológico en el cuerpo, traduciéndose en la clásica contractura muscular en los diferentes niveles de la columna vertebral (principalmente: Cervical, dorsal, lumbar) en compañía de cefaleas de tipo tensional, laboral, etc.

Para combatir el estrés se suelen recomendar los ejercicios respiratorios. Con el objetivo de ejercer control voluntario sobre la respiración como calmante cuando nos abrumen las situaciones de estrés.

Otra sugerencia demostrada es, masticar chicle para combatir el estrés. Masticar chicle en momentos de presión, disminuye el estrés a niveles cinco veces menores de los que se perciben en condiciones normales y además mejoraría la memoria a corto plazo. Aunque no se sabe a ciencia cierta cuál es el factor responsable de este efecto: el azúcar, el sabor o la mecánica de masticar.

Otras acciones de evitar el estrés son las siguientes:

  • Realizar ejercicios físicos.
  • Mantener una dieta saludable.
  • Tener al menos dos ataques de risas (permite la liberación de endorfinas).
  • Mantener un clima agradable durante el almuerzo, evitando preocupaciones.

Tomarse un tiempo para la relajación mediante los juegos de mesas ( juegos que tranquilizan la mente



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